Al parecer la ciencia nos brinda todo lo necesario para ser mejores, más productivos, más fuertes, más despiertos, más felices... ¿Me lo creo? Si es ciencia es que hay manera de reproducir el experimento y encontrar los mismos resultados, ¿no es esa la base? Así que más por curiosidad que por necesidad voy a probar algunas cosas y de otras sólo dejaré testimonio aquí, a lo mejor son útiles en el futuro, como una colección de datos. Al fondo añadiré todas las referencias, después, ahora no tengo ganas. Pero lo que sigue son solo mis apuntes prácticos, no soy una experta, hagan de su capa un sayo.
Sueño: para poner en hora el reloj del ciclo circadiano lo más importante es salir por la mañana y recibir fotones en los ojos, esto es, luz solar aunque no sea sol directo, durante algunos minutos sin gafas de sol. Por la noche, evitar las luces (pantallas) unas horas antes de dormir. Si se puede, intentar repetir el ritmo, pero en teoría una vez el reloj circadiano se pone en marcha, te levantas y te acuestas a la misma hora, porque es una cuestión química. Así de sencillo. Esto lo tengo que probar, porque Morfeo y yo tenemos una relación de amor odio.
Comida: otra cuestión de ritmos y cantidades. Otra perogrullada. Se come solo en las horas en que estamos activos, y se ayuna cuando se está en reposo. Las horas de ayuno se usan para reparar tejidos, limpieza...las horas de ayuno hacen guapo, como la fruta. Así que se elige una ventana de tiempo para comer, que corresponde con las horas de más actividad y se come, sin exagerar pero sin contar calorias en esa ventana. En teoría el apetito se regula mágicamente, y se quema más grasa, entre otras maravillas para la salud. Imaginemos combinar esto con una alimentación que disminuya la cantidad de azúcar. Tenemos a un ser todo poderoso sin grasa y lleno de energía. Con esto llevo ya algunas semanas y he de admitir que funciona y me estoy acostumbrando. Mi ventana empieza a las 10.30-11.00 y se termina a las 20.00. Efectivamente no he subido de peso y no siento un hambre exagerada fuera de la ventana. Pero lo de la super energía, a lo mejor depende más de lo que como que de cuándo lo hago o que hay que esperar resultados más adelante.
Hábitos: no busquemos la motivación en factores externos sino en nosotros. No voy a hacer deporte para parecer esto o aquello, eso no funciona, te da el impulso inicial, pero no la constancia. Soy una persona que disfruta moviéndose, es parte de mi, lo disfruto, el viaje, no el objetivo; ahí está la clave. Ja, eso habrá que verlo, pero lo más importante supongo que es creérselo, pasar del querer al ser. El entorno es muy importante, la tribu ayuda a mantenerte en tu objetivo, por activa o por pasiva, porque lo saben, ¿por una vergüenza atávica?
Lo de interiorizarlo todavía no lo he conseguido, pero dentro de todos los trucos hay uno que me está resultando muy útil: "Sé amable con tu yo futuro". Resulta que si preparo las cosas el día de antes para cuándo las necesitaré mañana me resulta más fácil hacerlo y en general me caigo mejor.
Otra frase interesante con la que me he cruzado: "Un ambiente tranquilo es más frágil", ale, explica esto. Resulta que si vivimos entre algodones y algo va mal, es más probable que no tengamos recursos para no desequilibrarnos. Si permanecemos estáticos en nuestras rutinas, sin salir de la zona de confort, cuando un evento, sí, siempre hay un evento, nos obligue a movernos; piensa en una carrera improvisada, en un gesto para agarrar algo que cae, no hace falta que sea algo dramático. Si algo ocurre, podríamos rompernos, esa es la fragilidad. Así que el truco es exponernos a situaciones estresantes, más o menos controladas, para convertirnos en seres elásticos que no se rompen.
Deporte: siguiendo con lo anterior, la fuerza viene de la necesidad de compensar ante la adversidad, estresamos al cuerpo, y se refuerza para estar preparado a la próxima. Si pica cura, vaya. La fuerza viene del shock que hace crear músculos, recursos que en el momento no necesitamos, excesivos, pero que podrían servir en el futuro. La evolución nos ha hecho así, excesivos por si acaso, acaparadores, qué cosas.